jueves, 6 de febrero de 2014

Viaje al sur sur sur. Parte II: El Chalten

El viaje desde Bariloche a El Chalten empezó y acabó en el mismo sitio...en la misma cervecería, llenando combustible para el viaje. No se nos sentó mucha gente cerca porque bajamos de Frey oliendo a "chivo" (la primera vez que oí esta expresión me hizo mucha gracia porque me imaginé literalmente que olíamos a cabra,  era una descripción bastante acertada después de unos cuantos días de asearnos a lo gatillo...pero no, es que le llaman chivo al sobaco!! agggg)...

El primer día en la cervecería nos preocupamos un poco con el efecto que tiene Bariloche en la gente, y es que había una concentración importante de gente con taras de distinto tipo en la cervecería: una chica con el párpado caído todo el rato que disimulaba con el flequillo, otra que se había dejado la piel de los dos brazos en alguna acera porque tenía unos raspones desde los codos a la muñeca, otra con unos pelos amarillos y rosas y la ropa encogida (esto era una clara tara en el buen gusto), otra con un brazo postizo...yo, que que ya iba asustada porque mi dedito enano del pie derecho (al que sospecho que le falta un huesillo) se me había quedado dormido con el dolor de pies de la bajada, al ver ese cúmulo de gente pensé, "¡ya está, viendo el panorama de Bariloche salgo con el dedo amputado!" [Es una historia no muy políticamente correcta y, obviamente, espero no herir la sensibilidad de nadie con estos comentarios. De todas formas todos tenemos taras de algún tipo, y si no preguntádselo a mi dedito!!]. Para aquellos que ya estáis dudando, no estoy recurriendo a las artimañas del engaño o la exageración, fue así.

Bueno, el caso es que salimos y nos chupamos un montón de kilometros en la camioneta de Benja, donde el único entretenimiento era encontrar choiques camuflados en el paisaje y guanacos...y conducir por el ripio...hasta llegar a El Chalten, donde amanecí el día de mi cumple!! Y de regalo: el Fitz Roy y el Torre despejado, y luna llena. ¿Alguien quiere más?

El Chalten (montaña que humea en Tehuelche).

Tati y Benja, y la vista de todo el macizo, incluído el Torre, el día de mi cumple.

Ese día hicimos una vía de un par de largos, principalmente para poder disfrutar de las vistas desde la cima...y por la noche nos dimos un homenaje con panqueques y velita y todo!! Benja y Tati me regalaron un librito con la historia de "El vasco de la carretilla", que quizá os cuente más adelante... En el restaurante conocí a Alito, un amigo de Benja y Tati que nos invitó en varias ocasiones a su caravana, a tomar tecitos y echar unas risas. Un personaje de cuento de niños, entrañable...

Los próximos días básicamente nos dedicamos a escalar al otro lado del río, después de que cada día Benja chequeara el pronóstico meteorológica mil veces con la esperanza de que se abriera una ventana de buen clima y que pudiera ir a hacer algún pico...Yo como no tenía ninguna intención, porque me habían contado historias de que si una chica había acabado comida por los cóndores en una pared y otro hombre se había quedado atrapado en el hielo en una grieta (historias para no dormir de la montaña)...pues estaba tan tranquila, pero el pobre Benja iba enfurruñado a hacer deportiva, jejeje...Me encantó una de las placas que hicimos, con una vía de una fisura preciosa y otra vía infame de la que por poco tenemos que pedir que nos bajaran las cintas...menuda plaquita madre! pero seguimos siendo independientes! ueeeee!!! bravo por el equipo femenino!

Como no conseguía convencer a mis compis de viaje de hacer boulder, me acoplé a un grupete muy majo de escaladores y nos fuimos a quitar un poco el mono al sector de "La vaca muerta". En este nuevo equipo parecíamos el típico chiste: "esto eran tres vascos, una catalana, dos de yecla, y un africano de canarias...". Claro, con esa mezcla, después de tomarse unas cervezas con nosotros Benja empezó a dudar seriamente de lo que había aprendido en geografía y me acabó preguntando si España realmente existe!! jajaj! El caso es que hicimos piña...y mientras Tati y Benja hacían un intento de subir la Guillaumet (que quedó frustrado por una bonita nevada), pues yo me fui al Perito Moreno con el canario y al día siguiente al Lago del Desierto con parte del grupo.

El Perito Moreno es realmente un espectáculo de la naturaleza...me volví loca sacando fotos y nos quedamos horas mirándolo como tontos...oyendo los petardazos del hielo, como tiros en la niebla...y los bloques romperse en mil pedazos y caer al agua en un estruendo...poesía pura!






A la Laguna del Desierto fuimos con el hijo del dueño del lago y de otro montón de hectáreas, que incluían ni más ni menos que dos glaciares!! a dónde iremos sin tierras!! Yo tuve una importante transformación después de que me picara un mosquito chiquitiiiiiiito pero muy joputa...y así me convertí en "el unicornio de Gasteiz", para las risas de los coleguitas.

 Lago del desierto

Derecha: Glaciar Huemul 

Una de las mejores escaladas en Chalten de esos días fue hacer "La Botella" con la doble cordada eusko-catalana!! Para ser un día de esos en el que no había un plan de acción claro y en el que a Benja y a Tati los atrapó la mítica siesta de la que despiertas para cenar, fue un plan inesperado y genial. Cuatro largos muy variados, con un primer largo raruno, otro de agujeros disfrutón, otro facilón y el último precioso de adherencia tipo pedricero...muuuuuy chulos sí señor! Y otra vez la pedazo de panorámica al completo y despejada! 

En la chocolateria, la casa más antigua de la ciudad, que por otra parte es la ciudad más joven del país,  conocimos a una tocaya de la ama (a mi derecha).

Y para acabar el viaje, me hice una pateada de cuatro horitas (ida) y tres (vuelta) hasta "La Loma del Pliegue Tumbado" desde donde se ven de cerca el Fitz Roy y el cerro Torre, como se puede apreciar claramente en la foto de abajo...nada oye, que tenían Mordor bien metido y no salieron ni para la foto!!!


Loma del Pliegue Tumbado, y el nubarrón que tapaba una de las mejores panorámicas de la zona.



Como Mordor iba a seguir estando en Chalten por unos días, decidimos tomar rumbo de vuelta a la cervecería de Bariloche, haciendo una parada técnica en Piedra Parada para hacer nuestro proyecto...No hubo manera...nos dio pal pelo!! Eso sí, menudo tiempazo! Escalé un montón a vista y no encadené na de na...pero me lo pasé de aupa!!!

Aparte de un pinchazo y que casi nos comemos una vaca y un caballo que estaban muy alegres en medio de la carretera en plena noche, el viaje de vuelta sin percances. Si al final está claro que el mayor peligro está en la carretera...

2 comentarios:

  1. Y a qué vas a oler haciendo el cabra! Pues a chivo!
    Vaya fotos más espectaculares, hasta ahora lo más de lo más que he visto en este superblog.
    Qué le pasa a tu dedito. El peque de los de mis pies también parecen ser un muñoncito de carne no más.
    Bueno, ya sabes cómo voy a terminar mi comentario: másssssssssssssss

    Muxus

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  2. Da gusto leer descripciones pintorescas como la de la cervecería y poéticas como la del glaciar, sazonadas de humor que te ponen una sonrisa que se te pega incluso después de dejar el ordenador. Gracias. Mila esker. Zain izango gaituzu. Zaindu mesedez.

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