martes, 26 de noviembre de 2013

Valle Encantado...

Ya hacía más de 3 semanas desde que no tocaba la roca y sentía los típicos síntomas del mono: inquietud, desyeme en cadena de absolutamente todos los dedos y aparición de una pielecita de bebé debajo, desasosiego, sueños (estoy exagerando un poco porque si no menuda mierda de relato)...miraba a todas las rocas que me cruzaba en el camino preguntándome si se escalarían o no: la cabeza de perro, el corazón invertido...los cerros por aquí tienen nombres bonitos (los que entiendo, porque los que están en mapuche me suenan a mapuchino, jejej, perdón por el chiste fácil).

Y así las cosas, me puse en contacto con el grupo de escalada del pueblo de al lado, de San Martín de los Andes, y me acoplé de cabeza a su plan: Valle Encantado. Empezando a acostumbrarme a la manera de ver las distancias de los Argentinos hice mi primera salida "super cerquita", a 2 horas en coche...camino a Bariloche, atravesando parte de los 7 lagos (creo que atravesamos 1 ó 2), por unos lugares espectaculares...un montón de roca erosionada con formas preciosas, monolitos, el río...por el camino que aparece en la foto, el paso Córdoba, por lo visto cruzaban el ganado desde Santa Fe a Bariloche...un paseito.

Y seguimos el camino hasta llegar al punto en el que dejamos los coches y los cambiamos por una barca hinchable para cruzar el rio...con todas las mochilas y dos niños (los padres bromeaban con el dilema de que si se hundía la barca no sabían qué rescatar antes, si el equipo o a los niños jeje)...en plan patera escalatruqui. El agua estaba turquesa, transparente y helada. El suelo lleno de ceniza blanca por todas partes de la erupción del volcán Puyehue en 2011. 

Si en la grieta en la Pedri hay mierda a comienzo de temporada no tiene ni comparación con algunas de las vías que vi ayer...hacía falta subir con el plumero...La roca es volcánica y muerde que da gusto, pero la verdad es que el lugar es impresionante y cuando llegas a la reunión y miras al valle te dan ganas de acampar en la pared (si supiera) y quedarte ahí. 

En la foto estaba acordándome del último accidente en Preikestolen y en el programa de mil maneras de morir, de ahí mi cara de canguelo.

sábado, 23 de noviembre de 2013

y ya en Junín de los Andes...


Una vez viajado en los micros argentinos coche-cama no volveré a ver los buses de Alsa con los mismos ojos. Qué comodidad y hasta alfajores y champán! Eso sí, efectivamente cuando me dijeron que entre Buenos Aires y Junín de los Andes la inmensa parte del viaje no hay absolutamente nada, era cierto. Ni un mísero ñandú. 20 horas de autobus de pampa y más pama, húmeda y seca, de las dos, pero nada más.

Y de repente...un volcán nevado: el Lanín. ¡Bienvenida a mi nueva casa!


Me encanta este pueblo y el ambiente tranquilo que se mastica...está bordeado por un rio que nace en el lago Huechulafquen y las señales de las calles tienen una trucha grabada!! Me dijeron que ésta era tierra de chamanes, porque el lugar desprende una energía única, y la verdad es que no cuesta creérselo al ver las aguas cristalinas transparentes del lago, con el volcán al fondo, las araucarias enormes que datan de la época de los dinosaurios, y los cóndores volando...

Es un pueblo muy auténtico y tiene un rollo hippie natural que atrapa, con casitas de madera y adobe, tejados de mucha pendiente, jardincitos...todo el mundo se conoce y están intentando ponerme al día de quién es quién (van listos con mi memoria jeje). Lo único es que a las afueras hay un terreno gigante propiedad del ejército...parece que entre eso y la complejidad de mezclar tantas culturas y visiones de vida diferente hace que haya unos cuantos retos en el ámbito del desarrollo local, sobre todo en temas culturales.

Pumas por lo que me han dicho no voy a ver muchos por aquí, pero lo que debe haber a patadas son ciervos rojos. Por lo visto a alguien se le ocurrió meterlos hace años para la caza, y se han reproducido como una plaga. Así que se los están merendando literalmente...creo que me comentaron que para tener una población sostenible tenían que matar una burrada de ciervos al mes durante un montón de años (ole qué precisa que soy mi arma!).  De hecho, se está creando una cooperativa para hacer chacinados (embutidos) de ciervo y hoy hemos ido a una de las formaciones que está recibiendo un grupo de personas del pueblo para aprender a hacer morcillas y demás.


Y con la excusa pues he conocido una escuela agro-técnica, montada hace años por la Fundación Cruzada Patagónica, donde los chavales aprenden a hacer de todo, chorizos y queso, trabajar la madera, moscas para la pesca, esquilar llamas... ¡Qué simpáticas las llamas, cómo posaban!





miércoles, 20 de noviembre de 2013

Día 2: Los árboles en Buenos Aires tienen unos frutos muy raros...

Ayer vivimos un par de momentos surrealistas. Cruzando el parque que hay cerca de la estación de Retiro de repente oímos un árbol moverse y miramos con curiosidad para ver el animal, por el ruido bastante grande, que había por ahí...cae una rama y ¡sorpresa! después de la rama cae un hombre sin camiseta de espaldas al suelo...qué?! el hombre debía llevar un moco importante y estaba como desorientado (como para no estar con el talegazo que se pegó, que a mí se me puso hasta dolor de cabeza de imaginar el golpe seco)...nos quedamos con la incógnita de si es una costumbre por aquí dormir la mona en las ramas de los árboles o éste era un temerario creando nueva moda.

El segundo momento surrealista fue cuando nos pasamos la parada del "colectivo" que iba para La Boca y nos empezamos a meter en una villa miseria...nuestras caras de "la estamos liando parda" eran buenísimas. Y así seguimos, tomamos el bus de vuelta (que no lo cogimos, ojo) y nos bajamos en la parada buena pero un poco desorientados. En una esquina yo maravillada con un edificio y sacándole una foto y a Iker le apetecía mirar el mapa para ver dónde estábamos. ¿Guiris nosotros? qué vaaaaa...para un coche de policía y yo pensando que era un taxi le hice como "no queremos gracias" con la mano...y el poli nos dice "no estáis en zona de turismo, os he visto la cámara a 100 metros y ahora hay gente observando, en cuanto me vaya os pueden venir y arrebatar todo"...Iker lo describió muy bien al decir que de esa esquina hasta la Bombonera de la Boca Junior fuimos con una guindilla en el culo.

martes, 19 de noviembre de 2013

Día 1: Buenos Aires

La verdad es que no sé si fue un día o tres, porque perdí completamente la noción del tiempo con el vuelo eterno y el cambio horario. Ya no sabía ni qué día había llegado, ni dónde estaba (esto de montarte en un avión y bajarte en el otro lado del mundo mi cabeza no lo asume muy rápido, la verdad) ni en qué estación...cualquiera que me viera a trentaitantos grados con las botas de monte y el plumas en la mano pensaría que me había equivocado de destino...

Y así me fui a recorrer San Telmo con Iker (bueno, para ser rigurosos después de dejar la mochila y el plumas en casa de Ander), y de allí a Recoleta, a ver el cementerio y un árbol gigante con nombre de animal africano (me suena a ñandú, pero no he conseguido retenerlo...ya actualizaré la info*). La tumba de Evita y otros muchísimos euskaldunes emigrantes...todos muertos claro. Mucho mármol y hiedrita.

Cosas sorprendentes de este mundo: voy paseando por Recoleta y me encuentro con una antigua compañera del máster que no veía desde hace más de 4 años...y que no vi nunca por Madrid!!! El hecho de que sea Argentina quita algo del "¡no me lo puedo creer!", pero tampoco mucho. No es ni mucho menos la primera vez que me pasan este tipo de cosas (en una de las poquísimas entradas de un blog viejo justo contaba otra de estas historias que te dejan noqueada de lo increíbles que parecen), lo cual te hacen preguntarte si de verdad las casualidades existen o es que entendemos muy poco de cómo funciona el universo.

*Se llama Ombú el arbolito...y por lo visto los ñandús no son africanos sino americanos y voy a ver unos cuantos al cruzar la Pampa...

sábado, 16 de noviembre de 2013

Era un día normal de finales de otoño, allá por el año 2013, en un pequeño poblado de vascones que amaneció nevado. Era un día normal de finales del otoño, pero ella sabía que esa sería su primera y última nevada del año. Había escuchado la llamada de la Patagonia y debía seguirla.

Si bien algo cansada de caminar errante, sabía que Patagonia no la esperaría por mucho tiempo...que tenía una voz seductora y no tardaría en hacer sucumbir a otro alma perdida...así que cogió su mochila, una vez más, y partió a la desconocido...