lunes, 19 de mayo de 2014

Día 180. Santiago de Chile

Bueno, como os quejabais de que ya no escribía...pues ahí va la traca final, diecisietemil post en dos días.

Mis aventuras por el cono sur llegan a su fin...y con una mezcla de tristeza y alegría, pues toca despedirse. Como siempre, se hace raro pensar que en cosa de unas horas va a haber miles de kilometros entre yo y esta parte del mundo tan alucinante. Uno no acaba de creérselo, y parece que llevo aquí toda la vida y al mismo tiempo 2 días. Las típicas contradicciones de la vida, qué le vamos a hacer. Hasta que no inventen el teletransportador estamos "en el horno"y, como dice el conocido dicho popular "no se puede tener el culo en todos los montes a la vez" o también el de "más vale dulce de leche conocido que cientos volando".

Las últimas horas por aquí las he pasado en Santiago, volviendo a pisar una gran ciudad después de 6 meses de desintoxicación...y he entrado con un chute de polución intravenosa de los buenos. Smog del güeno güeno. Mu rico. Bueno, por lo menos de noche con las lucecitas se ve bastante chulo. Otra contradicción pal body.



Como la re-introducción en la ciudad así de golpe podía ser un poco brusca de asimilar, tuve que ir al Cajón del Maipo para que fuera un poco más progresivo y que mis pulmones no colapsaran así "al toque no más".  Aunque me tocó conducir por Santiago y casi me da un jamacuco del estrés...pero bueno, la verdad es que el sitio mereció la pena, y además coincidimos con el día nacional del censo de cóndores!! vimos 30 cóndores, nos prestaron unos prismáticos y aprendimos que los machos tienen una crestita y las crías son marrones :)

 Dicen que en el Cajón del Maipo se avistan ovnis...nosotros lo más parecido que vimos fue un círculo de polvo...lo más probable que causado por el despegue de la nave extraterrestre...

En Santiago me he encontrado con Xabi, un amigo que también está por aquí con las becas, cerrando el ciclo que empecé en Buenos Aires con Iker, Ander y Unai.

En el pueblo vimos a un grupo bailando una "cueca campesina"



Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado. La Patagonia y sus alrededores han dejado un bonito eco dentro de mí. Me alegro de haber respondido a su llamada...


2 comentarios:

  1. Todo se acaba, snif, snif. Pero que te quiten lo bailao o ¿no?. Te esperaremos con los brazos abiertos y un montón de cariño para que no tengas mucha morriña de La Patagonia. Muac, muac.

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  2. Gracias pibes por devolvérnosla entera, después de leer y ver sus aventuras por peñas y riscos patagónicos, de sortear ríos e inundaciones, de pernoctar en un habitáculo como un iglú, de zampar asado tal que una vikinga y mil cosas más, y alguna que no habrá contado.

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